PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

domingo, 25 de marzo de 2012

MARZO 25 - V DOMINGO DE CUARESMA

ALIANZA Y OBEDIENCIA

Acercándonos a la Semana Santa, la Palabra de este Domingo nos regala dos elementos básicos para la comprensión del Misterio Pascual:

- La Alianza: Toda la Escritura gira en torno a ella, y la Historia de la Salvación es precisamente la Historia de la Alianza entre Dios y su pueblo. Lo que constata la experiencia es que Dios siempre es fiel a sus promesas, cuida del pueblo, le enseña cómo vivir bien; pero el Pueblo no es fiel, Israel no corresponde a su parte del pacto, sólo se le pide obedecer. Pero la ingratitud humana no vence el amor generoso del Señor Dios, el Amor Divino promete una Alianza duradera, una alianza que se grabará más hondamente en el corazón de los fieles y así podrán corresponder mejor a lo pactado.

- La Obediencia: Esta es la mejor actitud frente a la alianza, escuchar la voz del Señor Dios y reconocer en ella el bienestar, la prosperidad, la seguridad para los pasos que se den. La tragedia del pueblo de Israel fue no ser obedientes a la voz de su Padre, de su guía, tomaron sus propios caminos, caminos que sólo a la muerte conducían.

Jesús realiza la Nueva y Plena Alianza por su Obediencia al Padre; Él cumple como Dios las promesas divinas y como verdadero hombre realiza en obediencia el designio del Padre Bueno. La vida de Jesús se convierte en la fuente de la que nuestro corazón es renovado para corresponder a la Alianza, nos fortalece con el Espíritu Santo para que correspondamos con su gracia, no con nuestras solas y pobres fuerzas al mandamiento central, que nos ayuda a salir de nosotros para ir al Señor Dios y a los demás: EL QUIERA SALVAR SU VIDA LA PERDERÁ, PERO EL QUE LA PIERDA POR MÍ LA ENCONTRARÁ.



LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del profeta Jeremías (31,31-34):

Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 50

R/.
 Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando es su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,20-33):

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor

jueves, 22 de marzo de 2012

SAN JOSÉ, PROTECTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ


Palabras del Papa Benedicto XVI, en la audiencia general del 28 de diciembre de 2011:

"Su amor humilde y sincero a su prometida esposa y la decisión de unir su vida a la de María lo atrajo e introdujo también a él, que ya era un «hombre justo», en una intimidad singular con Dios. En efecto, con María y luego, sobre todo, con Jesús, él comienza un nuevo modo de relacionarse con Dios, de acogerlo en su propia vida, de entrar en su proyecto de salvación, cumpliendo su voluntad. Después de seguir con confianza la indicación del ángel —«no temas acoger a María, tu mujer» — él tomó consigo a María y compartió su vida con ella; verdaderamente se entregó totalmente a María y a Jesús, y esto lo llevó hacia la perfección de la respuesta a la vocación recibida. 


El Evangelio, como sabemos, no conservó palabra alguna de José: su presencia es silenciosa, pero fiel, constante, activa. Podemos imaginar que también él, como su esposa y en íntima sintonía con ella, vivió los años de la infancia y de la adolescencia de Jesús gustando, por decirlo así, su presencia en su familia. 


José cumplió plenamente su papel paterno, en todo sentido. Seguramente educó a Jesús en la or ación, juntamente con María. Él, en particular, lo habrá llevado consigo a la sinagoga, a los ritos del sábado, como también a Jerusalén, para las grandes fiestas del pueblo de Israel. José, según la tradición judía, habrá dirigido la oración doméstica tanto en la cotidianidad —por la mañana, por la tarde, en las comidas—, como en las principales celebraciones religiosas. 


Así, en el ritmo de las jornadas transcurridas en Nazaret, entre la casa sencilla y el taller de José, Jesús aprendió a alternar oración y trabajo, y a ofrecer a Dios también la fatiga para ganar el pan necesario para la familia".

ORACIÓN A SAN JOSÉ DEL PAPA JUAN XXIII






¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber. Tu mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti. Tu conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben que tu los comprendes y proteges. Tu también supiste de pruebas, cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén. 



 




















domingo, 18 de marzo de 2012

MARZO 18 - IV DOMINGO DE CUARESMA

DONDE ESTÁ DIOS, ALLÍ HAY FUTURO
(Benedicto XVI)

La frase que pongo como título, fue el lema que unió los diversos mensajes que el Santo Padre dirigió al pueblo alemán en su visita en septiembre pasado. A un país con tantos avances técnicos, con un gran liderazgo a nivel económico, con un bienestar sostenible (aunque los problemas de la bolsa se hicieron sentir hace poco), el Papa quería recordar que el futuro pleno se da con Dios a la cabeza y no alejándolo.

Este lema me sirve para unir la liturgia de la Palabra de este Domingo IV de Cuaresma que nos va llevando a las celebraciones pascuales. El libro de las Crónicas, en el apartado hoy escuchado, sintetiza cómo el pueblo de Israel lee su historia, la experiencia del destierro, el desplazamiento a Babilonia, el Retorno y la Reconstrucción, significaron una honda revisión de su Proyecto de Vida; en esta revisión descubrieron que Nuestro Señor no podía ser alejado, pues esto era exponerse a un retroceso, los judío 'comprendieron' que sólo su Señor les daba pleno futuro, sólo Él les garantizaba una promesa por el cumplimiento de los mandamientos, de aquellos pasos firmes para andar con seguridad y sin riesgo de perderse. Estando en Babilonia, podían decir 'que se me paralice la mano derecha' - 'que se me pegue la lengua al paladar' si no me acuerdo del Señor Dios que me da vida, me da paz, me da verdadero progreso.

El apóstol san Pablo también presenta la nueva situación que la Redención de Jesucristo nos abre: vida eterna - salvación. Este es el futuro, el progreso que el Señor Dios nos abre y que el Evangelista san Juan ratifica en el diálogo entre Jesús y Nicodemo: El Padre Dios no quiere la condena del mundo, de la humanidad, sino su salvación, y esto nos habla de bienestar, vida plena, felicidad. CON DIOS HAY FUTURO.

Estas palabras son necesarias para nosotros hoy, se maneja fácilmente el deseo de progreso, se afirma que se tiene por los avances técnicos, la ciencia médica, los medios de comunicación; creemos que tenemos futuro por todos estos instrumentos... Pero se aleja también al Señor Dios del camino y se hace por la negación del bien y los valores, pues todo lo verdaderamente bueno ha de conducir al Padre Celestial, Sumo Bien, SUMA REALIZACIÓN. No podemos seguir llamando progreso a todo y menos si se permite la perversión de la dignidad humana, la drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, la guerra, la explotación indiscriminada de la naturaleza, y tantas otras cosas que se consideran de 'avanzada', pero que son nocivas: EL MAL NUNCA CONSTRUYE - EL PECADO NO NOS HACE AVANZAR.

Nuestro futuro seguirá siendo supérfluo y pasajero, mientras no se abra al horizonte de Dios que le da verdadera sostenibilidad y eternidad a las cosas.



LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del segundo libro de las Crónicas (36,14-16.19-23):

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.»
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, rey de Persia:
"El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 136,1-2.3.4.5.6

R/.
 Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti


Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,4-10):

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

Palabra del Señor

domingo, 11 de marzo de 2012

MARZO 11 - III DOMINGO DE CUARESMA

EL 'REVOLCÓN' DEL SEÑOR

Nuestra Cuaresma, tiempo de renovación, de cambio, no nos deja a la deriva en este proyecto. No somos renovados de cualquier manera, no nos damos forma a nosotros mismos, ni bajo nuestro criterio; la lectura del libro del Éxodo nos regala los MANDAMIENTOS, síntesis de la Torá y fuente de vida nueva. La Alianza que el Buen Señor establece con su pueblo busca ser una orientación segura y permanente para cultivar la amistad, el amor, la realización de las promesas divinas.

Toda la historia de la salvación será precisamente el tire y afloje entre fidelidad e infidelidad a Dios Nuestro Señor, teniendo como criterio la Ley Santa. Los profetas buscaron siempre llamar la atención sobre el cumplimiento de esta Ley, en la que tenían camino seguro para la Vida, los que en ella se apoyaran, de lo contrario, la muerte sería la única paga de la desobediencia.

Jesús viene a dar plenitud a la ley y a los profetas, como lo escribe el Evangelista Mateo, viene a mostrar la plenitud de los mandamientos en el MANDAMIENTO NUEVO DEL AMOR, viene a ratificar que el Decálogo es medio de vida, camino de felicidad y realización. Desde esta óptica podemos contemplar la fuerza de la actitud de Jesús en el Templo, la expulsión de los recaudadores de dinero, la expulsión de los animales; es un llamado enérgico a no opacar con elementos accidentales la esencia de la relación con Dios Nuestro Señor, a desocupar, sacar, expulsar, todo aquello que no deja que el culto, el vínculo divino tenga verdadera fuerza. Necesitamos que Jesús siga 'revolcando' la Iglesia y todo aquello que oprime la verdadera adoración de corazón y también hay mucha necesidad que Jesús 'revuelque' nuestros corazones, nuestras vidas, de tantos obstáculos que le ponemos, para que le permitamos actuar, dejando que sólo nos rija su luz y su verdad, que bien se concretan en los 10 MANDAMIENTOS.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (20,1-17):

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y bisnietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 18,8.9.10.11

R/.
 Señor, tú tienes palabras de vida eterna

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor
es fiel e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor
es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,22-25):

Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para lo judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados –judíos o griegos–, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (2,13-25):

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor

lunes, 5 de marzo de 2012

MARZO 4 - II DOMINGO DE CUARESMA

LA PRUEBA DE DIOS
LA PRUEBA DEL HOMBRE



Bajo un título doble quiero poner la Palabra Santa de este Domingo; se nos pone de frente 'la prueba', que involucra tanto al Señor Dios como al ser humano. Escuchar la palabra PRUEBA nos pone quizás a pensar en dificultades, problemas, pero el sentido original no es ese, la referencia directa habla de hacer veraz algo, demostrar su certeza.

La Palabra de la Escritura nos presenta la 'prueba del hombre' en la figura de Abraham, ¿qué es lo que prueba? ¿Su tenacidad? No¡, el patriarca hace evidente su fe, está en disposición de entregar-sacrificar a su propio hijo, el hijo de la promesa en cumplimiento de la voluntad de su único Bien: DIOS. El salmista también testimonia que ha sufrido por alguna situación, pero también profesa su fe, su Señor Dios es fuerza y victoria.

El título nos habla también de la 'prueba de Dios', Él manifiesta su amor por el ser humano; las palabras del Apóstol Pablo son magistrales, la entrega del Hijo Amado es la mayor prueba del amor de Dios.

El Evangelio nos recoge ambas pruebas en la persona de Jesús, el Salvador acepta mostrar el amor del Padre por medio de la Pasión Redentora y muestra a sus Apóstoles cercanos su Divinidad al presentarse transfigurado-resplandeciente-glorioso.

La Escritura es siempre testimonio de la fidelidad del Señor Dios y también da testimonio de muchas personas fieles a la Alianza con su Dios; pidamos para nosotros la capacidad de reconocer la prueba del Amor de Dios, de no rechazar el amor divino mostrado en la cruz y resurrección de Jesucristo y a la vez probar nuestro corazón de creyentes como Abraham, que también nuestras obras hagan evidente que Dios es el primero en nuestras vidas.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (22,1-2.9-13.15-18):

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: «¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.»
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 115,10.15.16-17.18-19

R/.
 Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-34):

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor