PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

domingo, 29 de abril de 2012

ABRIL 29 - DOMINGO IV DE PASCUA

YO SOY EL BUEN PASTOR

La Palabra de este Domingo de Pascua es una invitación a ahondar en el misterio del Resucitado. Los Domingos pasados ha resonado con fuerza la manifestación de la nueva condición de Jesús a sus discípulos, se ha querido mostrar la verdad y la novedad de la realidad que el Salvador posee al haber vencido la muerte.

En el Evangelio de hoy sintamos como además de la realidad del Resucitado se reafirma quién ha de ser para nosotros. No seguimos a un hombre cualquiera, quien resucitó de entre los muertes debe adquirir para quien lo recibe una primacía singular; pero la primacía de Jesús no es de dominio despótico como de servicio por la humanidad, todo esto es lo que encierra la imagen del BUEN PASTOR.

El Buen Pastor, como se presenta Jesús, no es una afirmación cualquiera; nuestra traducción de BUENO requiere darle más fuerza, pues el adjetivo griego KALOS, habla de excelencia, belleza, armonía, mejor. Jesús no es simplemente el BUENO, es el mejor, el ideal, y también podemos recalcarlo el único verdadero pastor, en él se concentra toda la esperanza humana en alguien que puede darle a su vida sostenimiento y horizontes eternos.

La proclamación de este Domingo de JESÚS, BUEN PASTOR, nos ayude a entregarle siempre con más confianza nuestra vida y a la vez, a desear que los falsos pastores que pretenden guiar la humanidad, queden desenmascarados ante la Luz del Resucitado. No dejemos tampoco de pedir por los pastores de la Iglesia, este día es ocasión para encomendar a quienes presiden las celebraciones como Obispos y Presbíteros, que su misión se cumpla como un verdadero servicio por las personas y en el nombre del único pastor que gobierna la Iglesia.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,8-12):

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29

R/.
 La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular


Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor 
que fiarse de los jefes. R/.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-2):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»


Palabra del Señor

domingo, 22 de abril de 2012

ABRIL 22 - DOMINGO III DE PASCUA

EL ENCUENTRO CON JESÚS

Después que Jesús descubre su misterio a los discípulos que iban hacia Emaús y éstos vuelvan inmediatamente a Jesuralén para contar lo que han vivido, el Resucitado se presenta ante los Once para 'educarlos' en su Vida Nueva.

El impacto de la muerte del Maestro dejó una huella dura en sus mentes y corazones, ¿será que es fácil verlo de nuevo como si nada hubiera ocurrido? Claro que habían escuchado el mensaje de la muerte y resurrección, Jesús los había instruido, pero otra cosa es contemplar dicho acontecimiento. La primera enseñanza del Salvador a sus más cercano seguidores era acerca de la nueva condición que poseía, debía despejar las dudas de su corazón y sembrar la firmeza de la fe, en Aquel que ratificaba su condición de Mesías Victorioso.

Jesús quiere dejarles muy en claro que no es una idea, no es una ficción, no es un fantasma, les dice con fuerza: SOY YO EN PERSONA. Y para darle más fuerza a su Revelación les pide algo de comer y les muestra las manos y el costado. Posee un Cuerpo Espiritual, término con el que se intenta describir una condición que sólo posee Él y que nos promete para el momento de su Retorno Glorioso.

Pero el Señor también les aclara su misterio desde las mismas Escrituras, un versículo muy diciente nos regala san Lucas: LES ABRIÓ EL ENTENDIMIENTO PARA QUE COMPRENDIERAN LA ESCRITURA. Todo en ella habla de Jesús, por Él se comprende en su integridad la Palabra Santa, la historia salvífica que contienen los Salmos, los Profetas, la Ley hayan su unidad y comprensión definitiva en la persona del Verbo.

Toda esta manifestación de Jesús que fortalece en la fe - la confianza - la alegría a sus discípulos tiene como horizonte que ellos sean TESTIGOS DE JESÚS: USTEDES DEBEN DAR TESTIMONIO DE TODAS ESTAS COSAS, les dice al final del relato. El Testimonio de los Apóstoles, que se concentra en el Nuevo Testamento, tiene como objetivo llamar a unirse a Jesús a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Nuestra fe es Apostólica porque escuchamos en el Nuevo Testamento la convicción de quienes vieron y oyeron al Salvador y nos pueden ayudar para que nosotros también nos encontremos con el Viviente por excelencia HOY.

Deseemos encontrarnos con Jesús: OJALÁ TENGA YO UNA ÍNTIMA EXPERIENCIA DE CRISTO, DEL PODER DE SU RESURRECCIÓN Y DE LA COMUNIÓN EN SUS PADECIMIENTOS (San Ignacio de Loyola, tomado de san Pablo)



LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3,13-15.17-19):

En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 4,2.7.9

R/.
 Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R/.

Hay muchos que dicen:
«¿Quién nos hará ver la dicha, 
si la luz de tu rostro 
ha huido de nosotros?» R/.

En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,1-5):

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. 
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. 
Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. 
Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo que comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. 
Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. 
Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

Palabra del Señor

domingo, 15 de abril de 2012

ABRIL 15 - II DOMINGO DE PASCUA. LA DIVINA MISERICORDIA

LA PRESENCIA DEL RESUCITADO

La vivencia del tiempo pascual nos invita a renovar la proclamación de la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, el anuncio central de la fe cristiana. Por otra parte, el creyente busca renovar su encuentro personal con el Resucitado, siempre es importante preguntarse: ¿DÓNDE ME ENCUENTRO CON EL SEÑOR JESÚS?

Esta pregunta es necesaria, no podemos pasar de largo como creyentes, sin convertirnos en TESTIGOS DE LA RESURRECCIÓN, el discípulo de hoy también debe anunciar con gozo la presencia de su Maestro, no promovemos ideas, no proclamamos principios universales de fraternidad, el cristiano anuncia: VERDADERAMENTE RESUCITÓ EL SEÑOR - EL SEÑOR ESTÁ CONMIGO - LA MISERICORIDA DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA.

La Palabra de este Domingo nos estimula para encontrar a Jesús en la Comunidad - La Iglesia; encontrarlo en la vivencia de los mandamientos; disfrutar de su Paz, signo evidente de su presencia.

Que el Señor Jesús entre en nuestras vidas, que entre a pesar de nuestras cadenas mentales, sociales, pecaminosas, que con su poder salvador abra nuestros sentidos y nos permita gozar de su compañía que consuela y alienta cada día.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35):

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 117,2-4.16ab-18.22-24

R/.
 Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia


Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,1-6):

Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegria al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor

domingo, 8 de abril de 2012

ABRIL 8 - DOMINGO DE PASCUA

¡VERDADERAMENTE RESUCITÓ EL SEÑOR!
ALELUYA - ALELUYA!!


Señor Jesús, Resucitado de entre los muertos,
Gracias por abrirnos las puertas de la vida eterna.
Gracias por liberarnos del poder del Demonio.
Gracias por vencer el poder mortal del pecado.
Gracias por darnos esperanza.
Gracias por tu infinita misericordia.

FELICES FIESTAS PASCUALES
ALELUYA - ALELUYA!!

sábado, 7 de abril de 2012

ABRIL 7 - VIGILIA PASCUAL

LA HISTORIA INICIA POR LA RESURRECCIÓN

Hemos tomado para nuestra Vigilia sólo 3 de las 7 lecturas que se proclaman esta Santa Noche de Vigilia de Resurrección. Las lecturas proclamadas nos hablan de la CREACIÓN DEL UNIVERSO - EL PASO DEL MAR ROJO - LA PROMESA DE LA RENOVACIÓN DEL CORAZÓN. Cada una de estas lecturas nos ayuda a comprender la grandeza de la obra de la Redención que se ha mostrado por la Resurrección de Jesús:


  • Con la Resurrección se inicia una nueva creación, un evento que sólo es posible por la acción de Dios comienza a realizarse por la Vida Nueva que Jesús comienza y que tiene como horizonte todo el Universo hasta su retorno glorioso.
  • Con la Resurrección se da la Victoria sobre el poder del Mal, del pecado; más grande que el paso de la esclavitud a la libertad física, es el don del Cielo y la vida de gracia que el Hijo de Dios nos abre por su paso por la Región de los muertos.
  • Con la Resurrección se cumple la promesa de la Renovación del Corazón, la Ley Divina ya no está fuera, sino que se graba en el interior del corazón y así el hombre es en verdad hijo del Padre.


Esta gran obra de la Resurrección viene y se obra en cada persona al celebrar el sacramento del Bautismo, como lo dice el Apóstol Pablo en su Epístola, sumergidos en el agua y saliendo de ella nuestra vida es recreada - liberada - fortalecida. La Victoria de Jesús es nuestra victoria y su luz amplia los horizontes de la historia, de la humanidad, del Universo entero.

viernes, 6 de abril de 2012

SIETE PALABRAS PARA LA FAMILIA

SIETE PALABRAS PARA LA FAMILIA (pistas)
(Compartidas en la vereda Llanitos - vereda del municipio de Villamaría - Caldas - Colombia)


1- PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN
  • ¿A quién se las dice Jesús? A sus verdugos (soldados, sanedrín, pueblo masificado) - ¿Quién las dice? La víctima.
  • ¿Cómo solucionar los problemas en la casa? Con perdón, el rencor no genera bien. Es importante saber pedir (papás - mamás - hijos, etc) - Perdonar siempre, sin humillar al otro.
  • Se ora por la sanación de las relaciones en el hogar.
2- EN VERDAD TE DIGO: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO
  • Jesús anima a quien sufre con él. ¿Qué es el paraíso? No es un lugar, el paraíso es estar con Dios; el buen ladrón encontró en Jesús a Dios. El Paraíso está más allá de lo que nos ofrece este mundo, porque todo este mundo pasa.
  • ¿Cuál es el paraíso para las familias? ¿Qué paraíso queremos para nuestra familia? El primer paraíso es que haya comprensión - respeto - obediencia - solidaridad - AMOR, junto con trabajo. El paraíso para una familia no puede ser el dinero, pues por buscar eso, muchas veces lo que se gesta es el infierno (abortos, niños abandonados, maltratos, infidelidades, vicios)
  • Orar por diversos valores para la casa.
3- MUJER AHÍ TIENES A TU HIJO, HIJO AHÍ TIENES A TU MADRE
  • María siempre estuvo con Jesús, ¿quién conoce tanto a Jesús como su Madre? El otro discípulo acoge a María con cariño, en su casa. Un discípulo no aleja a la Madre de su Maestro. María fue Madre ejemplar.
  • Pensemos en nuestros papás y mamás, ¿qué sentimientos nos vienen? ¿Gratitud - Odio - Indiferencia? Ser padre de familia es una gran responsabilidad, se les confía cuidar una o más vidas y ayudarlas a ser mejores personas; el mejor consejo para unos papás es que sean ejemplares. ¿He cumplido bien mi misión de papá o mamá? ¿Valoro a mis papás? ¿Los valoré en vida?
  • Oración de gratitud por los papás y mamás - oración por el perdón de los inconscientes
4- DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
  • Palabras de desesperanza-desesperación, agotamiento. ¿Quién afirma esto? Alguien profundamente adolorido por la vida, sobre todo por el mal: 'Hombre de dolores'. Se siente alejado del Todopoderoso; así lo han experimentado muchas personas, hasta el propio Hijo de Dios. Es el grito del miedo, de la soledad, ¿cómo entender el problema del sufrimiento? Es complicado, pero Dios llegó hasta allí.
  • Pensemos en los sufrimientos dentro de las casas: enfermedad - vicios - infidelidades - miseria - maltrato. Cada uno piense en lo que ha vivido. Nunca se sientan abandonados de Dios, el Salmo 22 dice más adelante 'Confía en Dios'. Esta palabra también nos mueve a ser solidarios: ¿cuando vemos una familia sufrir qué hacemos? Chismes o guerras?? o acompañamos al enfermo, compartimos mercado, corregimos al prójimo, denunciamos el mal??? Es fácil decir que Dios N.S. es el culpable  y no pensar qué puedo hacer.
  • Orar por las familias y sus necesidades: enfermos, vicios, infidelidades, maltratos, desempleo, miseria...
5- TENGO SED
  • Se evidencia aquí una necesidad profundamente humana: no podemos vivir sin agua; Jesús está agotado. En otro relato (Juan 4), Jesús había pedido agua a la Samaritana; pero aquí esta pidiendo otra cosa: la fe de la mujer; la llama a que crea en Él, a que descubra que es el Salvador, y esta mujer encontró la luz de su vida
  • Sintamos que somos la Samaritana, que a cada familia Jesús dice: 'Tengo sed'; nos pide creer en Él, acogerlo como nuestro Señor y Salvador. ¿Qué es la fe? Confiar en Dios, saber que nos acompaña; la familia debe cuidar el valor de la fe, ¿dónde se aprende la fe? En el hogar; así no haya sacerdotes, una familia es el primer lugar donde se habla de Dios ('Iglesia doméstica'). 'Donde está Dios allí hay futuro', enséñenle a los hijos, a los nietos; pero también a los grandes, que Dios existe y nos envío a su Hijo y al Espíritu para salvarnos.
  • Oración para pedir el don de la fe para las familias
6- TODO ESTÁ CUMPLIDO

  • Jesús hace esta afirmación cuando todo lo ve realizado, nada le ha quedado por hacer. Hizo siempre la voluntad del Padre Dios, no sólo por hacerla, sino con fidelidad, sabiendo que era lo que tenía que hacer.
  • ¿Qué quiere Dios Padre de la familia? 'Ámense como o los he amado'; esta debe ser la misión de cada miembro de la familia; ¿cuándo termina? Sólo cuando se muera, en esta vida siempre hay que amar, siempre hay que ser buen papá-mamá; esposo-a; hijos, etc; sólo así podemos morir tranquilos.
  • Oración por la Paz de san Francisco de Asís.

7- PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU

  • Regresa Jesús a su hogar, a la casa del Padre y por eso ora; quien recibe toda su obra es el Padre Dios. Del Padre viene todo y a Él debe volver todo. Se abandona en las manos del Padre Dios; Él da sentido a todo: por él vino y se encarnó - enseñó - sirvió - murió - resucitó. Dios Padre es la esperanza de todo.
  • Reflexionemos en el valor de la oración en el hogar: ¿oramos en familia y por la familia? Dicho valioso: 'Familia que ora unida, permanece unida'. Hay muchos modos: terminando el día - Eucaristía Dominical - Un  altar en cada casa. Invitar a Dios a cada casa.
  • Oración del Padre De Foucould.


ABRIL 6 - VIERNES SANTO, LA PASIÓN DE NUESTRO SALVADOR

¿POR QUÉ ESTÁS DISPUESTO A MORIR?

Hoy no celebramos la Eucaristía, sólo nos detenemos frente a la Cruz del Señor Jesús para meditar la Palabra y ofrecer una extensa súplica universal. Es necesario detenerse un momento y preguntarse ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?

La muerte del Hijo de Dios en el escarnio de la Cruz no se puede dar por sentado, siempre nos debe invitar a meditar con atención, con devoción, con respeto, la frase central de este evento es: MURIÓ POR NOSOTROS. Yo - Tú, estamos involucrados aquí, en el Calvario nos hayamos todos los seres humanos y por eso no podemos pasar de largo. El amor llega hasta su más alta expresión y de ese amor debemos aprender.

En la cruz contemplamos la verdad del Amor y la Verdad de Dios, sabemos lo que es la entrega por quienes queremos y quién es el que se entrega.

Contemplando la Cruz de Jesús y sus pasos previos en el Viacrucis podremos hallar respuestas para muchos momentos de la vida, sobre todo para aquellos en los que sentimos que todo se nos derrumba, que todo parece oscurecerse y perder el sentido.

Con ojos y oídos nuevos contemplemos tanto amor.



LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (52,13–53,12):

Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor. Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25

R/.
 Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

A ti , Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu: 
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

Soy la burla de todos mis enemigos,
la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cacharro inútil. R/.

Pero yo confío en ti, Señor, 
te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9):

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios
Evangelio
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1–19,42):

C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:
+ «¿A quién buscáis?»
C. Le contestaron:
S. «A Jesús, el Nazareno.»
C. Les dijo Jesús:
+ «Yo soy.»
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:
+ «¿A quién buscáis?»
C. Ellos dijeron:
S. «A Jesús, el Nazareno.»
C. Jesús contestó:
+ «Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos»
C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste.» Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
+ «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?»
C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.» Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada que hacía de portera dijo entonces a Pedro:
S. «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?»
C. Él dijo:
S. «No lo soy.»
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina. Jesús le contestó:
+ «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.»
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaban allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:
S. «¿Así contestas al sumo sacerdote?»
C. Jesús respondió:
+ «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?»
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S. «¿No eres tú también de sus discípulos?»
C. Él lo negó, diciendo:
S. «No lo soy.»
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
S. «¿No te he visto yo con él en el huerto?»
C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo:
S. «¿Qué acusación presentáis contra este hombre?»
C. Le contestaron:
S. «Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.»
C. Pilato les dijo:
S. «Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.»
C. Los judíos le dijeron:
S. «No estamos autorizados para dar muerte a nadie.»
C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús le contestó:
+ «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
C. Pilato replicó:
S. «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
C. Jesús le contestó:
+ «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
C. Pilato le dijo:
S. «Conque, ¿tú eres rey?»
C. Jesús le contestó:
+ «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»
C. Pilato le dijo:
S. «Y, ¿qué es la verdad?»
C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S. «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Volvieron a gritar:
S. «A ése no, a Barrabás.»
C. El tal Barrabás era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. «Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.»
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color purpúra. Pilato les dijo:
S. «Aquí lo tenéis.»
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
S. «¡Crucifícalo, crucíficalo!»
C. Pilato les dijo:
S «Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.»
C. Los judíos le contestaron:
S «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.»
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. «¿De dónde eres tú?»
C. Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:
S. «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?»
C. Jesús le contestó:
+ «No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.»
C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. «Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el César.»
C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S. «Aquí tenéis a vuestro rey.»
C. Ellos gritaron:
S. «¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. «¿A vuestro rey voy a crucificar?»
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. «No tenemos más rey que al César.»
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.» Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:
S. «No, escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los judíos."»
C. Pilato les contestó:
S. «Lo escrito, escrito está.»
C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
S. «No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca.»
C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+ «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
C. Luego, dijo al discípulo:
+ «Ahí tienes a tu madre.»
C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
+ «Tengo sed.»
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+ «Está cumplido.»
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.» Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

Palabra del Señor