PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

lunes, 31 de octubre de 2011

TODOS LOS SANTOS


LA SANTIDAD EN POCAS PALABRAS
(Madre Angélica – EWTN)


DEJARSE CAMBIAR ES CONVERTIRSE.
DEJARSE TRANSFORMAR ES SANTIDAD.

¿QUIÉN ESTÁ LLAMADO A LA SANTIDAD?
Todo hombre, toda mujer y todo niño de toda época, en todo estado de vida, condición, grado de talento y profesión. TÚ ESTÁS LLAMADO A LA SANTIDAD. 
"Sed santos en toda vuestra conducta como dice la Escritura: Ser
éis santos, porque santo soy yo" (1 Pedro 1,15),
¿POR QUÉ?
¡Porque Dios te ama! - Tú eres precioso para Él. - Tú le perteneces a Él. - Él te amó antes de que existiera el tiempo.  - Él es tu Padre. - Tú lo necesitas.
ÉL DESEA QUE TU SEAS COMO ÉL: SANTO. 
"En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jes
ús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos" (Efesios 2,10)
¿CUÁNDO?
¡Ahora! Hoyen este momento. - SU GRACIA TE BASTA.
"En el tiempo favorable te escuch
é y en el día de salvación te ayudé. ¡Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el día de salvación " (2 Corintios 6,2).
¿DÓNDE PUEDO PRACTICAR LA SANTIDAD?
En el hogar - En el trabajo  - En el descanso  - En la escuela - en una multitudsoloen tu familiaen la prisiónen el ghetto. TÚ PUEDES SER SANTO EN TODAS PARTES 
"Por tanto, ya com
áis, ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios" (1 Corintios 10,31)
¿ES ESTO POSIBLE?
Sí, Jesús dará frutos en ti si  cooperas con Su gracia. La gracia se recibe con el  arrepentimiento, la Confesión, la Comunión, la oración, los sacramentos, la Escritura, las buenas obrasamor, fe y esperanza.
"Pero llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que la extraordinaria grandeza del poder es de Dios y que no viene de nosotros" (2 Corintios 4,7).

¿ES VERDADERAMENTE PARA MI?
Sí, la santidad es para ti. No es para personas especialmente elegidas. La santidad es para la gente común y corriente que realizan con gozo la voluntad de Dios, en fe y en verdad.
"El santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario" (1 Corintios 3,17).

¿QUE DEBO HACER?
Sé fiel a tu estado de vidacasado, soltero, religioso o estudiante.  - Sé fiel a la Santa Madre Iglesiaa los preceptos, los sacramentos, los mandamientos, la doctrina, la enseñanza. - Lee la palabra de Dios y otras lecturas espirituales. - Observa las bienaventuranzascompendio de la santidad. - Ama e interésate. Permite que Jesús resplandezca a través de ti. - Ora.
"Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de amable, de puro, todo esto tenedlo en cuenta" (Filipenses 4,8).



¿CUÁLES SON ALGUNAS DE LAS SUGERENCIAS PRÁCTICAS?
1. Mira a Cristo en el momento presente.
2. Cambia toda situaci
ón desagradable para bien de tu alma.
3. Ad
áptate al temperamento de tu prójimo. 
4. Permanece unido a la voluntad de Dios.
 
5. Elige a Dios por encima de ti.
 
6. Imita a Jes
ús.
7. Visita a Jesús frecuentemente en el Sant
ísimo Sacramento.
8. Practica la virtud.
9. Recibe los sacramentos con frecuencia.
 
10. Trata de estar consciente de Su presencia.
"Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación." (Romanos 15, 2).

¿DÓNDE ESTA MI FORTALEZA?
En la misericordia del Padre - En la Preciosa Sangre de Jesús  - En el poder del Espíritu
En la intercesión de Mar
ía, nuestra Madre  - En la protección de los ángeles 
En la Eucarist
ía - En Su cruz
"Que el mismo Señor nuestro Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y que nos ha dado gratuitamente una consolación eterna y una esperanza dichosa, consuele vuestros corazones y los afiance en toda obra y palabra buena" (2 Tesalonicenses 2,16).

¿VERÉ LOS RESULTADOS?
Sí, verás más armonía en el hogar  - Más paciencia con tu prójimo - Más fortaleza para vencer la debilidad  - Más compasión con otros - Más misericordia - Más gozo - Paz en medio de la confusión
"El fruto del Esp
íritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5,22-24).

¿DÓNDE ESTÁ LA FUENTE CONSTANTE DE LA SANTIDAD?
En Su amorSu graciaSu Iglesia - Su palabraSu EspírituSu poder - Sus sacramentosSu presencia - Su cruzSu resurrección
"Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m
í y yo en él" (Juan 6,55).

¿CUÁNTO TIEMPO TOMARÁ ESTO?
De momento a momentode oración a oraciónde día a día. "No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago. olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante" (Filipenses 3,12-14).
METAS
Ser como prójimo - Amar a mi prójimo como Jesús lo ama  - Ser fiel a Su Iglesia - Proclamar la Buena Nueva  - Ser Santo 
"Te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra" (Hechos 13,47).



OCTUBRE 30 - DOMINGO 31 DEL TIEMPO ORDINARIO

LA AUTORIDAD DESDE LA FE


El Mensaje de las lecturas de este día tiene unos destinatarios muy específicos. Por un lado el profeta Malaquías es portavoz de una Palabra Santa que busca llamar la atención a los sacerdotes judíos que no cumplen bien su tarea, sino que han desviado al Pueblo del camino correcto, lo han hecho tropezar; en fin, no han sabido cumplir como debe ser su función de guías. En el Santo Evangelio, el Salvador quiere alertar a sus discípulos para que no caigan en los 'malos hábitos' de quienes debían ser los ejemplos constantes en el cumplimiento y enseñanza de la Torá, como se esperaría de los Escribas y los Fariseos; Jesús denuncia el cumplimiento externo de la norma y sobre todo que su interés parece ser más la satisfacción y el ego personal que la Gloria de Dios Nuestro Señor.

Desde este horizonte la Palabra es una luz valiosa para las personas que ejercen una autoridad particular, y así podemos referirla a los Pastores de la Iglesia, los Gobernantes civiles, quienes lideran alguna empresa; pero podemos tener un horizonte más amplio y pensar que todos de alguna manera ejercemos autoridad en diversos ámbitos de nuestra vida (casa, trabajo específico, etc), es más, la 'autoridad básica' estaría constituida por el 'gobierno de sí mismo'. En muchas personas puede haber una errada concepción de la autoridad, comprendiéndola como explotación, abuso de poder, dominio sobre los demás; del Evangelio podemos tomar dos elementos que nos ayudan a ubicarla en su justo puesto: COHERENCIA - SERVICIO:

- COHERENCIA: "Hagan lo que les digan; pero no hagan lo que hacen, pues ellos no hacen lo que dicen". La persona con autoridad piensa - habla - actúa en la misma línea, es alguien que mantiene en la verdad y sinceridad, con transparencia en su conciencia. Podemos decir que vive según sus ideales y no los vende.

- SERVICIO: "El primero (superior) entre ustedes sea servidor de todos". Quien sigue a Jesús y ejerce un poder ha de hacerlo con el ejemplo del primer servidor. Tener autoridad pide ser responsable de los otros, pues estar en un 'puesto alto' no indica dominación como confianza y capacidad para ayudar a otros a salir adelante; quien tiene un cargo ha de ser el primero en 'estar disponible', ha de saber decir siempre 'a sus órdenes'.

Pidamos al Espíritu Santo nos conceda ser personas con AUTORIDAD, gente con una vita intachable y con un corazón pronto para construir un mejor mundo, una mejor Iglesia.

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura de la profecía de Malaquías (1,14–2,2b.8-10):

«Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones –dice el Señor de los ejércitos–. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no os proponéis dar gloria a mi nombre –dice el Señor de los ejércitos–, os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví –dice el Señor de los ejércitos–. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?»

Palabra de Dios



Salmo 130,1.2.3
R/.
 Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor

Señor, mi corazón no es ambicioso, 
ni mis ojos altaneros; 
no pretendo grandezas 
que superan mi capacidad. R/.

Sino que acallo 
y modero mis deseos, 
como un niño 
en brazos de su madre. R/.

Espere Israel en el Señor 
ahora y por siempre. R/.



Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (29,7b-9.13):

Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Palabra del Señor

domingo, 23 de octubre de 2011

SANTOS SIMON Y JUDAS, apóstoles


BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 11 de octubre de 2006
 
Simón el Cananeo y Judas Tadeo
Queridos hermanos y hermanas: 
Hoy contemplamos a dos de los doce Apóstoles:  Simón el Cananeo y Judas Tadeo (a quien no hay que confundir con Judas Iscariote). Los consideramos juntos, no sólo porque en las listas de los Doce siempre aparecen juntos (cf. Mt 10, 4; Mc 3, 18; Lc 6, 15; Hch 1, 13), sino también porque las noticias que se refieren a ellos no son muchas, si exceptuamos el hecho de que el canon del Nuevo Testamento conserva una carta atribuida a Judas Tadeo.
Simón recibe un epíteto diferente en las cuatro listas:  mientras Mateo y Marcos lo llaman "Cananeo", Lucas en cambio lo define "Zelota". En realidad, los dos calificativos son equivalentes, pues significan lo mismo:  en hebreo, el verbo qanà' significa "ser celoso, apasionado" y se puede aplicar tanto a Dios, en cuanto que es celoso del pueblo que eligió (cf. Ex 20, 5), como a los hombres que tienen celo ardiente por servir al Dios único con plena entrega, como Elías (cf. 1 R 19, 10).
Por tanto, es muy posible que este Simón, si no pertenecía propiamente al movimiento nacionalista de los zelotas, al menos se distinguiera por un celo ardiente por la identidad judía y, consiguientemente, por Dios, por su pueblo y por la Ley divina. Si es así, Simón está en los antípodas de Mateo que, por el contrario, como publicano procedía de una actividad considerada totalmente impura. Es un signo evidente de que Jesús llama a sus discípulos y colaboradores de los más diversos estratos sociales y religiosos, sin exclusiones. A él le interesan las personas, no las categorías sociales o las etiquetas.
Y es hermoso que en el grupo de sus seguidores, todos, a pesar de ser diferentes, convivían juntos, superando las imaginables dificultades:  de hecho, Jesús mismo es el motivo de cohesión, en el que todos se encuentran unidos. Esto constituye claramente una lección para nosotros, que con frecuencia tendemos a poner de relieve las diferencias y quizá las contraposiciones, olvidando que en Jesucristo se nos da la fuerza para superar nuestros conflictos.
Conviene también  recordar  que  el grupo de los Doce es la prefiguración de la Iglesia, en la que deben encontrar espacio todos los  carismas,  pueblos  y razas, así como  todas  las  cualidades  humanas, que  encuentran  su armonía y su unidad en la comunión con Jesús.
Por lo que se refiere a Judas Tadeo, así es llamado por la tradición, uniendo dos nombres diversos:  mientras Mateo y Marcos lo llaman simplemente "Tadeo" (Mt 10, 3; Mc 3, 18), Lucas lo llama "Judas de Santiago" (Lc 6, 16; Hch 1, 13). No se sabe a ciencia cierta de dónde viene el sobrenombre Tadeo y se explica como proveniente del arameo taddà', que quiere decir "pecho" y por tanto significaría "magnánimo", o como una abreviación de un nombre griego como "Teodoro, Teódoto".
Se sabe poco de él. Sólo san Juan señala una petición que hizo a Jesús durante la última Cena. Tadeo le dice al Señor:  "Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?". Es una cuestión de gran actualidad; también nosotros preguntamos al Señor:  ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda. El Señor dice:  "Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y pondremos nuestra morada en él" (Jn 14, 22-23). Esto quiere decir que al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto. Sólo así vemos al Resucitado.
A Judas Tadeo se le ha atribuido la paternidad de una de las cartas del Nuevo Testamento que se suelen llamar "católicas" por no estar dirigidas a una Iglesia local determinada, sino a un círculo mucho más amplio de destinatarios. Se dirige "a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo" (v. 1). Esta carta tiene como preocupación central alertar a los cristianos ante todos los que toman como excusa la gracia de Dios para disculpar sus costumbres depravadas y para desviar a otros hermanos con enseñanzas inaceptables, introduciendo divisiones dentro de la Iglesia "alucinados en sus delirios" (v. 8), así define Judas esas doctrinas e ideas particulares. Los compara incluso con los ángeles caídos y, utilizando palabras fuertes, dice que "se han ido por el camino de Caín" (v. 11). Además, sin reticencias los tacha de "nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre" (vv. 12-13).
Hoy no se suele utilizar un lenguaje tan polémico, que sin embargo nos dice algo importante. En medio de todas las tentaciones, con todas las corrientes de la vida moderna, debemos conservar la identidad de nuestra fe. Ciertamente, es necesario seguir con firme constancia el camino de la indulgencia y el diálogo, que emprendió felizmente el concilio Vaticano II. Pero este camino del diálogo, tan necesario, no debe hacernos olvidar el deber de tener siempre presentes y subrayar con la misma fuerza las líneas fundamentales e irrenunciables de nuestra identidad cristiana.
Por otra parte, es preciso tener muy presente que nuestra identidad exige fuerza, claridad y valentía ante las contradicciones del mundo en que vivimos. Por eso, el texto de la carta prosigue así:  "Pero vosotros, queridos ―nos habla a todos nosotros―, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A los que vacilan tratad de convencerlos..." (vv. 20-22). La carta se concluye con estas bellísimas palabras:  "Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén" (vv. 24-25).
Se ve con claridad que el autor de estas líneas vive en plenitud su fe, a la que pertenecen realidades grandes, como la integridad moral y la alegría, la confianza y, por último, la alabanza, todo ello motivado sólo por la bondad de nuestro único Dios y por la misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, ojalá que tanto Simón el Cananeo como Judas Tadeo nos ayuden a redescubrir siempre y a vivir incansablemente la belleza de la fe cristiana, sabiendo testimoniarla con valentía y al mismo tiempo con serenidad.

OCTUBRE 23 - DOMINGO 30 DEL TIEMPO ORDINARIO

LA MISIÓN DEL AMOR

Este Domingo coincide con la Jornada Mundial de las Misiones en la que Oramos y hacemos Ofrenda por los hermanos y hermanas que predican el nombre de Jesús en diversas partes del mundo; las lecturas de la Liturgia de la Palabra nos ayudan a reflexionar con interesantes elementos.

Noto en la Palabra del Evangelio, en la que nos podemos y hemos de centrar con atención, un contraste; es una Palabra por un lado sencilla y por otro exigente. Sencilla en su formulación y Exigente en su experiencia. Al escuchar un mensaje que nos es conocido se puede tender a marginarlo, pues la mente nos dice que 'ya lo sabemos', pero lo mejor siempre es atender a dicha Palabra Divina para retroalimentar la fe. Así pues, el llamado a vivir el Amor a Dios N.S. y al Prójimo no es descocido en la 'cultura general cristiana', todos hemos escuchado alguna vez este mensaje; por eso es tan importante hoy renovar la exigencia de esta Palabra conocida, para recordar que ella es el fundamento de todo nuestro existir.

Recordamos y Renovamos que el Amor a Dios N.S. ha de regir todos nuestros proyectos, pensamientos, sentimientos, acciones, todo lo que vivamos ha de ser experimentado en la Primacía de este amor, en el que nos sabemos protegidos, consolados, perdonados, se puede decir que CREO PORQUE DIOS, MI PADRE, ME AMA, Y YO QUIERO CORRESPONDERLE CON INMENSO AMOR... Unida a esta experiencia brota el Amor al Prójimo, los dones que mi Buen Padre Dios me da son para compartirlos, no puedo restringirlos a mi mundo, he de abrirme para hacer partícipes a otros de este gozo, para que ellos por mi medio gocen también del Amor Divino y amen al Señor como el principal en sus vidas.

La misión se puede leer entonces como el compromiso de manifestar en las Palabras y las Obras el Amor Uno y Trino, con la convicción de que sólo el Amor es el que nos salva, amor que es Misericordia - Justicia - Paz - Reconciliación - Solidaridad, etc. La Eucaristía es ocasión propicia para gozar del Amor divino, para entregarnos de corazón a la Trinidad y para lanzarnos a amar más profundamente a nuestros hermanos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del Éxodo (22,20-26):

Así dice el Señor: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

Palabra de Dios



Salmo 17,2-3a.3bc-4.47.51ab

R/.
 Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza

Yo te amo, Señor; 
tú eres mi fortaleza; 
Señor, mi roca, 
mi alcázar, mi libertador. R/. 

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, 
mi fuerza salvadora, mi baluarte. 
Invoco al Señor de mi alabanza 
y quedo libre de mis enemigos. R/.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, 
sea ensalzado mi Dios y Salvador. 
Tú diste gran victoria a tu rey, 
tuviste misericordia de tu Ungido. R/.



Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,5c-10):

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra Iglesia, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?» 
Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

Palabra del Señor

sábado, 15 de octubre de 2011

OCTUBRE 16 - DOMINGO 29 DEL TIEMPO ORDINARIO


LA BELLEZA DE LA POLÍTICA





"Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"

Esta frase central del Evangelio es bien conocida, ella es un principio esencial para la comprensión y vivencia de la relación entre fe y sociedad; religión y política, etc.

Ante la cercanía de las elecciones en nuestro país (30 de octubre), podemos descubrir en ella una luz especial desde la primera lectura:TODO PODER VIENE DE DIOS, todos los seres humanos son iguales y si se organizan es para buscar el crecimiento de todos, nuestros actuales sistemas de gobierno se comprenden como la confianza que se le da a una persona para animar la promoción de los derechos humanos entre los suyos, los abusos en estos campos son el origen de tantos males que nos aquejan y a los que las huelgas quieren hacer frente.

Una importante característica de un gobernante debe ser la fe, su apertura al Ser Supremo, para reconocerse pequeño y necesitado de un fundamento absoluto sobre el cual pueda ejercer un servicio de liderazgo entre los suyos; cuando un gobernante niega la fe y la niega para los suyos está abusando de su poder y está exponiendo a los suyos a la ruina, la actitud correcta es la apertura de la fe y la promoción de la misma como sustento para los valores esenciales que toda sociedad debe tener basados en la justicia, la honestidad, el servicio y el fruto primero que se tendrá será la paz, el bienestar común.

Siento en esta Palabra Santa dos invitación:
- Rogar al Padre Dios nos conceda buenos gobernantes, pues lo reconocemos a Él como la fuente de todo poder y ante el cual se ha de rendir cuenta por las obras que realicemos, en especial cuando tenemos autoridad sobre los demás.
- Que los ciudadanos sepamos elegir personas con principios, con una vida coherente, con la intención esencial de servir a sus hermanos, iguales a ellos. Que estemos atentos ante las propuestas de gobierno y deseemos de verdad con nuestro voto contribuir a la construcción de una mejor sociedad.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (45,1.4-6):


Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»


Palabra de Dios
Salmo
Sal 95,1.3.4-5.7-8.9-10a.10e

R/.
 Aclamad la gloria y el poder del Señor



Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.


Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.


Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.


Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):

Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»

Palabra del Señor

OCTUBRE 9 - DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO

LA GRAN FIESTA DEL SEÑOR

No puedo seguir mi compartir de la Palabra Dominical mientras no ponga algunas líneas sobre el Domingo anterior, por descuido no lo hice y no hay excusas para no poner en la web alguna luz que el Santo Espíritu sabe dar a este pobre siervo.

Contemplo en la Divina Palabra la Gran Promesa del Señor: COMPARTIR CON ÉL, la imagen del Banquete con la mejor comida y bebida es una invitación a volver la atención a lo que Dios Nuestro Señor nos ofrece. El Banquete es la imagen de un evento donde reina el amor, la justicia, la paz, la alegría y tantos buenos sentimientos y deseos en los que la humanidad halla reposo, es algo que no tiene límites, pues es ofrecido por el mejor de los anfitriones: El Todo-Amoroso.

Jesús, siguiendo la imagen del Banquete, expresa con él el misterio del Reino que inaugura; una gran fiesta, la fiesta de bodas del Hijo del Rey, cómo ha de ser semejante acontecimiento¡¡¡

Pero también la Palabra ha de ponernos atentos para ver cómo acoger la Promesa Divina, cómo hacer nuestra la invitación. Todo regalo puede ser aceptado o desechado y es el Evangelio el que nos pone en guardia para revisar nuestra disponibilidad para acoger las promesas divinas. Puede sucedernos como los primeros invitados que no se interesan por el gran evento, que debería ser ineludible, pues es su Rey quien lo convoca... O también como el incauto, que no le dio la trascendencia debida al evento al que lo invitaban, no fue tan importante como para cambiarse de ropa... ¿Será que el Señor exagera? ¿No somos libres pues?

La Palabra nos ha de dejar claro que no hay don mayor que el ofrecido por Dios N. S., no son mis esperanzas y deseos los que han de primar, he de aprender a recibir lo más grande que el Padre Dios me ofrece, lo que Él da implica mi salvación y realización, no es una pequeña cosa como las que estamos acostumbrados a pedir... No acoger los dones divinos es estar ciegos - sordos - incapacitados para acoger lo que plenifica, rechazarlos es poner seriamente en cuestión la plena felicidad... Deseemos profundamente recibir lo que el Padre Dios nos ofrece y así iremos preparando el camino para llegar al Banquete Eterno, donde se realizará completamente lo que el corazón anhela en lo más hondo.



LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (25,6-10a):

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. Lo ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 22, 1-6

R/.
 Habitaré en la casa del Señor
por años sin término


El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,12-14.19-20):

Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

Palabra del Señor