PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

lunes, 9 de enero de 2012

EL BAUTISMO DEL SEÑOR

EL MESÍAS ESPERADO

En pocos días, desde el 25 de diciembre hasta hoy, hemos intentado acercarnos al misterio de la Vida Oculta del Salvador, alrededor de 30 años 'como un hombre cualquiera' (Filipenses 2, 5ss), aprendiendo y relacionándose con todo el misterio humano. La fiesta del Bautismo del Señor nos deja en el inicio de la vida pública de Jesús, no es directamente la institución de nuestro bautismo, pero sí es el inicio de una misión en favor de la humanidad, para liberarla del pecado, 'pasando por uno de tantos'.

La Fiesta del Bautismo nos invita a conocer quién es el Mesías Jesús, no un guerrero, un político, antes bien, un hombre solidario de sus hermanos, para rescatarlos de las ataduras esclavizantes del pecado, metiéndose profundamente en su historia, llena de luces y sombras. Contemplemos la misericordia del Salvador y acojamos la voz del Padre que se hace garante para que no temamos de poner en Jesús nuestra confianza y a quien el Espíritu Santo sigue donde vaya, pues su poder se quiere derramar sobre toda creatura


LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro de Isaías (42,1-4.6-7):

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

R/.
 El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamad al Señor, 
aclamad la gloria del nombre del Señor, 
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas, 
el Señor sobre las aguas torrenciales. 
La voz del Señor es potente, 
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado. 
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!» 
El Señor se sienta por encima del aguacero, 
el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Segunda lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34-38):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,7-11):

En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.» 
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. 
Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»

Palabra del Señor

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