Después de variadas celebraciones los días Domingos: Pentecostés - Santa Trinidad - Cuerpo y Sangre del Salvador... Volvemos a la 'tranquilidad' del Tiempo Ordinario, el tiempo cotidiano en el que se desenvuelve nuestra vida, en el que con el color Verde de la esperanza vamos caminando peregrinos, dando respuesta a la bondad del Padre Dios.
Retomamos nuestra lectura continua del Evangelio según san Marcos, precisamente en este Domingo se nos regalan los 'principios de la historia' que dan seguridad al actuar del cristiano. Nuestro Señor Jesucristo está explicando a los suyos qué es el Reino de Dios, el gobierno de Dios N.S., intenta acercarlos a la comprensión de esta presencia, más que doctrina; no es que nosotros comprendamos mejor esta acción de Dios, también necesitamos escuchar con atención las parábolas para abrir nuestros sentidos y acoger la presencia divina que Jesús viene a hacernos 'palpable'.
Qué podemos dejar claro, como principios para nosotros: DIOS ESTÁ CON NOSOTROS SIEMPRE, la pregunta con la que titulo esta reflexión busca precisamente darle firmeza a esta convicción. Hablar del Reino de Dios presente, es hablar que el Señor Dios se involucra en nuestra historia, no la manipula, pero sabe llevar su libertad soberana, en medio de la frágil libertad nuestra. La acción de Dios es como la semilla, sin que sepamos cómo, ella va dando fruto, ella tiene su dinamismo, ella contiene una vida inmensa que se abriendo camino desde su capacho hasta que sale de la tierra y busca el sol dando fruto. La acción de Dios parece una pequeñísima semilla de mostaza, que se convierte en un inmenso árbol, Dios terminará 'gobernando' sobre todo.
¿Cómo contemplar la acción de Dios? La oración, la lectura de la Palabra, la vivencia del Amor son medios para ir entrando en consonancia con misterio tan admirable. Acojamos la presencia de Dios N.S. en la vida, dejemos también que su poder nos vaya transformando y que confiados en su gracia vayamos tomando más y más su semejanza.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Lectura del Profeta Ezequiel 17,22-24
Esto dice el Señor Dios:
- Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré.
De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado;
la plantaré en la montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble.
Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas.
Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos.
Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Palabra de Dios
SalmoEsto dice el Señor Dios:
- Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré.
De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado;
la plantaré en la montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble.
Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas.
Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos.
Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Palabra de Dios
Sal 91,2-3. 13-14. 15-16
R. Es bueno darle gracias, Señor
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R
En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R
Segunda lecturaR. Es bueno darle gracias, Señor
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R
En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R
Segunda Lectura (2Cor 5, 6-10)
Hermanos:
Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.
Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
Palabra de Dios
EvangelioHermanos:
Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.
Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
Palabra de Dios
Evangelio (Mc 4, 26-34)
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".
Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".
Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor
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