EL SEÑOR JESÚS NOS REVELA NUESTRO CORAZÓN
La Sagrada Escritura es un inmenso regalo por parte de Dios N.S., por ella el mismo Dios se nos da a conocer, 'se revela'; podemos responder a la pregunta: ¿Quién es Dios? con la lectura de la Biblia. Pero como la Revelación pide también la acción humana, el Buen Señor nos muestra quiénes somos, a la pregunta por el ser humano, la Palabra Santa también nos contesta; por un lado, pone de manifiesto la grandeza de nuestro ser, somos creaturas de Dios y con más propiedad HIJOS SUYOS; pero también la Escritura nos muestra nuestras miserias, la que esconde un corazón que no se deja iluminar por Dios N.S.
El libro de la Sabiduría narra lo que esconde la 'gente sin consciencia' - 'los impíos', pone de manifiesto que su actitud crea destrucción, no puede ver la actuación justa, pues es regido por criterios de egoísmo que sólo hacen daño al otro. El apóstol Santiago también le quiere hacer ver a su comunidad, que hay una causa para sus males como es la envidia, ésta genera conflictos entre los creyentes, el ambiente de muerte que engendra el pecado se muestra en las pugnas, guerras, etc. El Evangelista Marcos, cuenta lo que conversaban los discípulos en el camino, sobre 'quién era el más importante', los seguidores de Jesús también dan señas del orgullo, la vanidad, el deseo de poder que se esconde en el corazón humano.
Estas situaciones que nos narra la Escritura se siguen dando, la Palabra Santa siempre es actual, y nos ayuda a revisarnos precisamente en una serie de comportamientos y deseos que van en contravía de la propuesta de paz y vida que el Salvador nos quiere hacer; el Evangelio nos presenta el contraste fuerte, Jesús ha hablado que es un Mesías distinto, no viene con poderío humano a salvar, viene con sencillez y hasta a exponerse a la muerte para abrir la puerta de la Redención, por su Resurrección, 'pero los discípulos no entendían'; a nosotros también nos es difícil comprender y vivir este camino de humildad que el Señor Jesús propone y vive.
Hoy dejemos resonar con fuerza la invitación de Jesús a seguir su lógica: 'Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos'. Este consejo es un principio de vida, es un camino seguro hacia la Paz, hacia el fortalecimiento de las relaciones. Cuando somos conscientes que somos todos iguales y que hemos de estar al servicio de los otros, la sociedad va haciendo presente el Reino de los cielos. Jesús siempre dio ejemplo de servicio y entrega por nosotros, pidamos que el Santo Espíritu nos llene de su fuerza para tener los mismos sentimientos del Redentor.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):
Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Palabra de Dios
SalmoSe dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Palabra de Dios
Sal 53,3-4.5.6 y 8
R/. El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.
Segunda lecturaR/. El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.
Palabra de Dios
EvangelioDonde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se entera se, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se entera se, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
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