Estos últimos días del Tiempo Ordinario nos ponen como tema la reflexión sobre el FIN. Los cristianos concebimos la historia como un proceso que tiene un inicio y un término, entre Nuestro Señor y Nosotros se va construyendo una relación viva que va dejando huellas; pero no caminamos a la deriva, confiamos en que el Omnisciente dirige su Plan Salvador y éste no dejará de realizarse.
Humanamente podemos experimentar la experiencia sobre el FIN; creo que vale la pena valorar esta palabra, pues muchas personas pueden verla negativa. Para alguno, FIN puede ser sólo sinónimo de destrucción - frustración - sin sentido; pero una comprensión amplia del término nos habla de realización - llegar a la meta - cumplir un objetivo. Lo digo claramente: NO PODEMOS VIVIR SIN FIN - TODOS TENEMOS UN FIN POR REALIZAR. Nuestro fines marcan nuestras rutas, sabemos para dónde vamos y cómo vamos cuando tenemos un FIN: Estudio - Familia - Viaje.
Como creyentes esperamos el FIN como consumación de la obra de Dios N.S.; no aguardamos el fin como el acabose frustrante, el pavor por lo que no se pudo hacer. Esperamos el fin como la oportunidad para que Reine la Santa Trinidad, para que el mal se acabe, para que todo sea más alegre y más bello. Este es el entusiasmo que nos trasmiten las lecturas de hoy, de modo especial centrémonos en tres afirmaciones que Jesús nos da y son útiles para vivir como discípulos suyos el FIN:
- APRENDER DE LA HIGUERA: Este árbol vive las estaciones, siente que muere en el invierno y revive en la primavera. A pesar de las tribulaciones del mundo, nuestro destino es dar fruto eterno.
- MIS PALABRAS NO PASARÁN: Jesús nos asegura la fidelidad de sus Palabras, nuestras palabras son pasajeras y muy cambiantes, la Palabra de Dios, la promesa de salvación es irrevocable, Dios N.S. nos quiere con Él.
- SOLO EL PADRE SABE EL FIN: La datación de la consumación-fin no debe inquietarnos, no nos pertenece; nuestra preocupación no es el cuándo, sino el esperar, saber aguardar activa y cristianamente que vuelva quien nos da vida - paz - dicha.

LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (12,1-3):
Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
Palabra de Dios
SalmoPor aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
Palabra de Dios
Sal 15,5.8.9-10.11
R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Segunda lecturaR/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (10,11-14.18):
Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a lo que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios
EvangelioCualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a lo que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»
Palabra del Señor
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