PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

domingo, 21 de agosto de 2011

AGOSTO 21 - DOMINGO 21 DEL TIEMPO ORDINARIO

EL PODER DE LAS LLAVES


Siento el deseo de reflexionar hoy, por el impulso de la misma Palabra Santa, en el valor de un símbolo que enuncian la lectura del Profeta Isaías y el Santo Evangelio: LAS LLAVES.
El profeta es portavoz de un anuncio divino en el que se quiere presentar a un nuevo administrador que cuidará bien a Israel como fiel mayordomo del Palacio de David, él tendrá las llaves para abrir y cerrar según su beneplácito. Jesús, en Cesarea de Filipo, le anuncia a Pedro que él será el portador de las llaves del Reino de los Cielos, encargado de velar por la obra del misma Jesús, por la fe en el mismo Salvador.

¿Qué nos representan las llaves? Ellas no son simple signos externos, en nuestro propia experiencia sabemos del valor de poseerlas. Con ellas mostramos tener posesión de algo: una casa, un escritorio, un cuarto, una caja, hay variadas posibilidades. Las llaves nos hablan entonces de autoridad, responsabilidad, vigilancia, discreción. Aún podemos decir que cuando alguien pierde la confianza le son quitadas las llaves, pues ha perdido el juicio para manejarlas.

¿Qué razón tiene que Jesús le confíe las llaves del Reino a Pedro? Ya decía que lo hace partícipe de su misión en el anuncio del Reino, además, junto con los demás apóstoles, estará puesto como punto de referencia para la comunidad. Se le confía esta misión por su profesión de fe, reconoce en Jesús el Mesías e Hijo de Dios y esta es la Roca que sustenta nuestra fe: Jesús es el signo del Reino, y quienes experimentaron de modo especial esta presencia fueron los apóstoles, lo que ellos vieron y oyeron nos asegura estar en la fe verdadera, es más, nos asegura estar en unión con el mismo Jesucristo.

Pero ante la muerte de Pedro y los demás apóstoles, ¿cómo se ha conservado esta misión de las llaves? No la posee todo bautizado, sólo aquellos que son elegidos como sucesores de los apóstoles, en este caso los obispos. Ellos están puestos como garantes de la fe en Jesús el Mesías e Hijo de Dios; pero dentro de ellos el centro de garantía de esta única fe es el sucesor del Apóstol Pedro, el obispo de Roma, el Papa.

Hoy la Palabra la siento como una invitación a valorar la figura y la misión del Sumo Pontífice, él tiene como tarea mantenernos unidos a todos los cristianos en la profesión de la misma fe, su enseñanza busca que no nos desviemos de la fe verdadera para tener la certeza de la comunión de vida con nuestro único Salvador. En estos días el Papa nos muestra precisamente el ejercicio de esta tarea en Madrid, al alentar en la fe a tantos jóvenes que venidos desde diversas partes del planeta, han querido compartir días como creyentes, en torno al Salvador.

Pidamos al Espíritu Santo mucha docilidad y devoción para escuchar las enseñanzas del Papa y para orar frecuentemente por sus intenciones, para que tenga la fortaleza y sabiduría de alentar a nuestro pueblo cristiano a mantenerse unido a Quien debe ser nuestra única vida: JESÚS.


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (22,19-23):


Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.»


Palabra de Dios
Salmo
Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc

R/.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos


Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre. R/.

Por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

El Señor es sublime,
se fija en el humilde
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-20):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Palabra del Señor

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