La Palabra de Dios que se proclama en todo el mundo católico en este día, es una bella oportunidad para reflexionar sobre dos elementos que Jesús nos pone en relación: LA FUERZA DE SU MENSAJE Y LOS DIVERSOS MODOS DE RECIBIRLO.
'La Palabra de Dios es viva y eficaz', es la convicción del autor de la carta a los Hebreos, La Palabra Divina es vida y con su fuerza realiza obras magníficas. El pueblo de Israel reconoce el valor de esta Palabra potente y canta su fuerza en varios escritos: el capítulo 1 del Génesis es una afirmación de fe en la fuerza de la Voz divina que todo lo crea: 'Dios dijo y existió'; así también varios Salmos muestran la misma convicción. La Semilla de la que nos habla Jesús, nos dice Él mismo, es imagen de la Palabra, ¿Qué valor tiene una semilla? Puede ser una elemento insignificante... Pero si no las tuviéramos, ¿cómo sería nuestra vida? ¿De qué nos alimentaríamos? ¿Cómo es posible que un elemento así pueda 'contener' un árbol frutal o una nutritiva verdura? Así pues, la Palabra de Dios tiene un PODER DE VIDA, en quien es capaz, o mejor, está disponible para recibirla y dejar que ella obra por sí misma, sólo hay que ser tierra buena, 'maleable' por la acción de Dios y aquí viene la segunda parte: Diversos modos de recibir la Palabra.
Jesús, Nuestro Señor, es consciente que el ser humano asume posturas diversas ante Él, en su mismo contexto, no muchos fueron tan disponibles a su acción, unos fueron como un camino en el que las aves se comen el grano, o como terreno pedregoso, donde las raíces no tienen fuerza para aferrarse o como terreno entre zarzas, malezas donde la planta se ahoga, o bien, como la tierra buena, que está húmeda, es maleable, y permite a las raíces tomar profundidad para alimentarse y así la planta irse levantando del modo conveniente hasta dar fruto o sombra o belleza. Nosotros también ahora, de muy diversos modos, acogemos el mensaje divino y puede ser que nuestro corazón no sea tan diverso del de los contemporáneos de Jesús. ¿Qué tanta acogida tenemos del mensaje de Jesús? ¿Qué tanta acogida tenemos de Jesús mismo? ¿Dejamos que Él obre maravillas en nosotros? Para realizar esto se requiere de tiempo, paciencia, perseverancia, dejarnos penetrar por Jesús, dejar que TOME RAÍCES en nuestro corazón para que lo vaya transformando según su poder y voluntad. La Oración es un gran momento de siembra, mientras dispongamos de tiempo para ella, el Señor Jesús sabrá irnos dando su propia forma y así lentamente iremos dando el fruto que Él de nosotros espera.
SEÑOR JESÚS, BUEN SEMBRADOR, NOSOTROS QUEREMOS SER CAMPO BUENO DONDE TU PALABRA, TÚ MISMO, PUEDA DAR FRUTO PARA SALVACIÓN DE MUCHOS.
SABEMOS QUE PUEDAS ROMPER LA DUREZA DE NUESTRO CORAZÓN PARA NO DEJAR QUE TU PALABRA SE LA LLEVE EL MALIGNO... PUEDES ROMPER LA DUREZA DE NUESTRO CORAZÓN PARA NO DESFALLECER CUANDO VENGAN LOS PROBLEMAS, LOS DESPRECIOS, LAS ANGUSTIAS, LAS EXIGENCIAS POR TU SEGUIMIENTO... PUEDES ROMPER LA DUREZA DE NUESTRO CORAZÓN, CUANDO TANTAS SEDUCCIONES NOS ROBAN TU CENTRALIDAD Y NO DEJAMOS QUE REINES COMO EL PRIMERO Y BELLO DE NUESTRAS VIDAS... CON TU DIVINO ESPÍRITU VEN A NOSOTROS Y ABÓNANOS... AMÉN

LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (55,10-11):
Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»
Palabra de Dios
SalmoAsí dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»
Palabra de Dios
Sal 64,10.11.12-13.14
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto
Tú cuidas de la tierra,
la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.
Riegas los surcos,
igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.
Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.
Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan. R/.
Segunda lecturaR/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto
Tú cuidas de la tierra,
la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.
Riegas los surcos,
igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.
Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.
Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,18-23):
Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios
EvangelioSostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,1-23):
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del Señor
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del Señor
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