PEREGRINO DE SANTIAGO

ALIENTOS PARA EL CAMINO

"Mi pasado Señor lo confío a tu misericordia,
mi presente a tu amor,
mi futuro a tu providencia"

sábado, 10 de diciembre de 2011

DICIEMBRE 4 - DOMINGO II DE ADVIENTO

PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR¡¡¡

La Palabra de este día podemos resumirla en el anuncio: ¡Preparen el camino del Señor!, de él hemos de hacer un mensaje importante en este tiempo del Adviento.

Preparen el camino del Señor¡¡¡ pide el profeta Isaías, los exiliados son invitados a aguardar un nuevo Éxodo, un retorno más grande y prodigioso a su tierra, una vuelta a su Patria por un camino derecho, sin obstáculo alguno, pero sobre todo con un corazón más dócil para escuchar la voz de su Padre, para seguir sus mandatos que sabrán conducirlo a la verdad plena; los dones que el buen Dios les dispensará piden su disponibilidad para recibirlos, está a la puerta.

Preparen el camino del Señor¡¡¡ es el mensaje con el que se inicia el Evangelio según san Marcos, la voz de Juan el Bautista resuena para preparar al pueblo de Israel a la cercana venida de Jesús. El impacto de este hombre de Dios, profeta del Altísimo, se nota en los seguidores que acogieron su mensaje, validado por una vida simple en la que se constata la acción divina. Algunos discípulos de Jesús fueron antes discípulos del Bautista, y siguiendo su indicación siguieron al Maestro de Galilea descubriendo en Él su gran misterio. Podría decir que la venida de Jesús necesitó la misión de este gran profeta para ayudar al pueblo a estar atento a la acción portentosa de Dios que se realizaría para dar cumplimiento a todas las promesas.

Preparen el camino del Señor¡¡¡ es el anuncio que hemos también nosotros de acoger con atención, san Pedro alertaba ya a sus discípulos a tener presente que el tiempo del Señor es diverso al nuestro y que también hemos de aguardar para su Última Venida con toda la disposición del caso, en este caso vivir en constante actitud de conversión, de vuelta al buen Señor, de desear ser más y más fieles a sus Palabras. Los dones maravillosos que el Padre Dios nos quiere regalar han de tener de nuestra parte un corazón abierto, deseoso de recibirlo, no podemos permanecer manicruzados, hemos de revisar qué obstáculos pueden mermar la fuerza del don divino. Hay pecados, vicios, debilidades que si no estamos atentos pueden hacernos perder los regalos divinos, no porque el Señor nos los niegue, sino porque no preparamos el terreno.




LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,1-5.9-11):

«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/.
 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»

Palabra del Señor

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